viernes, 9 de mayo de 2008

09 de Mayo de 2008

Pararemos un poco sobre mis comentarios históricos, para comentar sobre la actualidad, aunque la cortina de humo, es tan espesa que difícil interpretar los hechos que ocurren, en nuestra realidad , el apoyo del gobierno peruano a la consulta popular hecha por Evo Morales a su pueblo, luego de perder en Santa Cruz, ahora el gobierno peruano se echa contra Fuentes, el presidente de la región Puno, que quiere hacer lo de Evo, por fin la derecha peruana , no la Vd. , o será que a su única neurona entrenada com. comerciante vende patria no le llega oxigeno.
Inmediatamente a los titiriteros de Rosa Maria, se les ocurrió exponer las desgracias de Birmania pueblo que extrañamente es rebelde, y ahora el cayo un ciclón , como sabemos el control climatológica no esta en manos del pueblo
Mientras la experimentación biológica en animales de con sumo humano sigue ya vimos morir a los salmones de Chile , ahora están experimentando en los ríos de la amazonia peruana con el paiche , prepárense para ver cuantos niños anormales nacen ¡ojo, con Iquitos¡
¿será que detrás de la actitud de los estudiantes de San Marcos, hay claridad en sus haceres?, ¿se habrán dado cuenta que la tarea en el momento actual, es defender la tierra es decir el Perú, generalizándolo a las minas y a los yacimientos de gas?
En el Perú todo puede pasar, ¿Qué estuvieron los alumnos de las universidades particulares? Raro no? ¿será que solo en Chile las Universidades estatales se dieron cuenta que la mejor educación la dan en las universidades privadas, o ¿aquí ni eso le dan al pasivo peruano

miércoles, 7 de mayo de 2008

Lima , 6 de Mayo de 2008
Ante todo debo presentarme, soy un oscuro y antiguo habitante del planeta tierra originario de la amazonia, con genes importados del país vasco y mezclados en el calor selvático peruano, con genes nativos y que por motu propio, decidí quedarme en este rincón del mundo, obnubilado, por las riquezas de este país, minas, petróleo, y una biodiversidad, escandalosamente permisiva, pacifica en su coexistencia, engolosinada. en crear sus propios senderos evolutivos, evitando el enfrentamiento entre especies, nadando en una energía también en proceso evolutivo.

De salvaje, acostumbrado a los mil cambios y a las mil formas, educado en una civilización de homo sapiens, delirante en su lentitud, la hoy llamada otredad, viaje a esta ciudad con el deseo de tomar un barco que me llevara lejos de esta eclosión permanente de vida a un lugar vertiginoso con hablas y costumbres diferentes, cuando CAI en manos de la solidaridad, primero, del maltrato de las maravillas vegetales, luego, de la incomprensión de su extraña fauna, el perro chino, tan feo, tan solitario, tan desnudo ,entre otras especies, y por fin en medio de esta gente que asas de tener la vida fácil, y no tener con quien compartir, aprendieron de mucho tiempo ha, el hartazgo de vivir en la imitación de los unos a los otros, fue difícil acostumbrarse a ellos y al encanto inútil de sus quimeras

Llegue a la mitad de los años sesentas, con 16 años, a lima, rápidamente busque con quien dialogar, vano intento en los estratos polares de su sociedad, en la universidad perseguí. un pensamiento travieso, con olor a vida, pero tuve que conformarme, con su suciedad, su mal olor, sus extrañas formas de amar, sus bailes de enamoramiento sin contacto, sus ritos mortuorios y sus canciones tristes, que los alegraban, mientras mi juventud corría, tras el encanto de la limeña, sin ver la energía perderse en la repetición de principios y normas, abandonando la creatividad, por el ocio, país donde los peces se salían del mar para aplacar su hambre, tierra brillando, de luces, enseñando el camino a la prosperidad humanos entregados a la francachela de los sentidos conocidos
Mas tarde conocí sus historias suicidas, la historia del estudiante de medicina, Daniel Alcides Carrión llevado a la muerte por su afán de curar enfermedades y su historia de depredación del medico ingles Barton permitido por estos deslucidos y cortesanos seres, que, en su momento sin comprender su gesto , lo aislaron, no tuvieron fuerza para enfrentar al sicario Chileno que invadió el país, por arrebatarles los yacimientos de fosfato, para el imperio ingles, conocí la historia del poeta Cesar Vallejo, al que en acto suicida de alegría, encerraron en prisión ocultando este hecho a la historia, popular, matándolo mas tarde en Paris, con aguacero, sin sentir la culpa bienaventurada, cargando con ella a su mujer Francesa, Geogette creo que se llamaba conocí a José Maria Arguedas,que no se suicido en Paris, que dejo testimonios de su país, y a la heroica Sybila, a la que todo el mundo lapidó en los 90s y también vi. a Susana Higuchi ,ayer nomás, sin amigos, sin asociaciones feministas, haciendo huelga de hambre aterrada de repente no por ella sino por haber engendrado a esos terribles hijos carnívoros como keiko sofia, sola, en las calles la mujer del presidente ¿ me pregunte por las feminas peruanas ¿Dónde estaban? entendí que el espíritu servil, nunca se fue de estas criaturas que hasta necesitaron a gentes de otros países para liberarlos, ¡Dios Mió¡ eso me permitió visualizar a las gentes corrientes que quedaron en Alemania vencida en la guerra mundial, y me estremeció el corazón su destino, ahora mismo estoy escuchando a Rosa Maria Palacios pidiendo mas dureza en el comportamiento del gobierno contra el pueblo que reclama por el desprecio del que son objeto en el plan del desarrollo a pesar de la autoridad que se arroga el gobierno al asumir la propiedad de sus tierras y venderlas a sus amigos extranjeros a precios de subasta sin cobrar impuestos , al mismo tiempo que ventila un problema del fujimorismo y ahí se menciona a la productora de Jaime bayly un periodista supuestamente bisexual que usa y abusa de esta condición para hacer su trabajo de desinformación de la opinión publica como Carlos Álvarez el cómico filmado en su intimidad, cuya función es denigrar la función de político y acostumbrarnos a su incompetencia como en el caso del premier del gobierno.

lunes, 5 de mayo de 2008

LA MUERTE DE LA TANRRILLA (1979)

La noche habíase abierto paso por entre las trochas de las estrellas, acaricio las copas de los árboles y lenta cayó sobre los demás seres de la floresta, el canto del ayaymamán se escucho tenue, robándole silencios al rezongar del urcututo.

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CANTOS EN EL JARDIN DE LAS FLORES CANSADAS

No estiro lamentos
ni lamo el camino obsequioso
ofrecido a mis pasos
pero si exijo a mi mente
buscar la senda perdida
aunque estalle en rebeldía
mi naturaleza humana


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BOTHROPS BILINNEATUS

EL TIGRE – 1975

Hoy amanecí visceralmente, mis músculos se estuvieron calmos, el calcio sin estímulos se embalsó inútil, la inconciencia volvió a dominarme, borrado el día, se perdió sin consecuencias, al atardecer ya no pude evadirme, la brisa levantaba las hojas de mi nido haciéndolas crujir dulcemente, alcancé a sentir al último rayo del sol, sobre mi piel.

Amodorrado, negándome al despertar de mis neuronas, erguí mi cuerpo, quitándole al vacío mi espacio, mis sentidos captaron lentos mi entorno, se orientaron y ví el camino de siempre, frente a mis ojos esperándome. Me rebelé ante la insolencia de su trazo, quíse recuperar la quietud placentera del sueño, pero ya fue imposible, la cascada de recuerdos, me la trajo, un ramalazo de placer distendió mis músculos, y completamente despierto me lancé al sendero ignorando su burla, repitiendo cotidiano la aventura de la noche.

Partí en su busca, avanzando entre penumbras, con mis ojos acostumbrados a las formas, a los vacíos, a los sonidos, a los aromas, abriéndome camino entre las ramas cansadas, los árboles vetustos, Babilónicos sobre cuyas copas habíanse asentado cientos de orquídeas, con tonalidades violentas, de color, rojas, azules, enfrentadas en un duelo de belleza con los ramilletes de estrellas abiertos en el cielo.

La escasa luz, que se filtraba, entre las hojas de la lupuna, avisóme que la luna estaba en su cenit, sintiendo el calor de la jungla sobre mi piel, me estremecí, y aunque el miedo nunca mordió mi corazón, el impacto de esa noche alertó extrañamente mis sentidos, siempre preparados para coger las furtivas presas, una sensación dolorosa nació de mis entrañas, haciéndome perder espacios. De pronto ya no quise seguir siendo esclavo de mis instintos. Su imagen ganó mi mente, el recuerdo de su alegría, el fantasma de una sonrisa, su gracia retozona, su maravilloso color.
El brillo de sus ojos me invadieron desde el pasado, diluyendo mi angustia. Volví a sentir en mi piel, al roce de la suya, la huella del placer ansiando ser revivida, recorrí las llanuras de flores, las sacaritas rumorosas, acariciantes, los espasmos del amor, los belicosos guayabos, antes de perdernos en esos imprevistos universos sensoriales.

Llegué a un claro del bosque, sonreí al oír el temeroso murmullo que despertó mi presencia, los asustadizos añujes se petrificaron de miedo, los sajinos escaparon a todo trotar, los urcututos lanzaron al viento su lúgubre canto, apoyé mi cabeza sobre la tierra, sintiendo que de su seno brotaba una dulce melodía, vi llegar a las tanrillas volando con su destreza de viento, posarse sobre las ramas, y a su conjuro la aparición de aquella criatura humana, abriendo sus brazos para recibir a las aves floridas, llegó mi compañera más bella que nunca, los lirios se abrieron, incomparables seres, emergiendo de los limites perdidos en la luz del universo, iniciaron una danza, armonizada por la brisa, siguiendo los compases que los árboles, los animales, la selva entera susurraba, olvidados de mi presencia, no pude ni quise escapar al hechizo, y mi cuerpo también tremuló, con tanta sensación de felicidad, que olvidé mi vida, mis orígenes, mis haceres, subyugado por la magia de ese instante.

Creo que fue en ese lapso irreal, que un ardiente pensamiento, una sensación desconocida, se clavó en mi corazón, rompí con dificultad el hechizo y huí.

Me deslicé rápidamente por la purma cerrandome frente a la eclosion de vida, que la evolución se complacía, creando a mi alrededor, los proyectos de vida en los haceres de su persistencia, insistiendo con el devenir para obligarlo a integrarlos a su existencia .

Lastimando mi piel entre los abrojos del camino, jadeante empecé a vagar en la inmensidad esmeralda, que siendo tan grande, me asfixiaba con sus paredes temporales, cansado, con mi corazón estallando, sin aliento, dejé que los pensamientos, ocuparan mi mente, dejando a mis sentidos exhaustos, gritando a la noche mi angustia.

Me pregunto sobre la razon de mi existencia, me aterran los espacios cerrados hacia mi piel, ansio eludir el cansancio de las repeticiones, no quiero conformarme con mis sentidos conviviendo con otras especies, en un universo complaciente. No consiento a mi forma adaptarse a los caprichos del instinto. Siento que hay algo más trascendiendo los límites de las formas, los espacios, el tiempo.

Me ahogo en ésta piel, que limita mi cuerpo, y año tras año se va de mi ser, trayéndome la esperanza de la evolución para romper mis sueños, regenerándose siempre igual, y las mañanas me encuentran al despertar, prisionero de la misma envoltura, con mi carne siempre víctima de las mismas realidades, las mismas contigencias, la misma vida ¡DIOS! Odio esta prisión de forma tan simple y tan indestructible! Atravesar lo cotidiano y buscar… Entonces la vida se sobre exalta dentro de mi y mi fria sangre se calienta, mi corazon arroja lava, dentro mis venas despertando el sueño de mis cromosomas, alborotandolos

Si pudiera disolverme en el río y como pez, ser acariciado por la frescura de las aguas cristalinas, tornasoladas, bailar jugando con las algas caprichosas, dormir con la audacia de las corrientes, o sentir que me crecen las alas y volar sobre la faz de la tierra, venciendo los horizontes, cruzando los colores, sintiéndome infinito a un paso del cosmos, o como los venados, los otorongos, correr por las llanuras, alhajando la purma, saboreando la vida sobre los pantanos, comer de los frutos frescos, cogidos del árbol, comprender la vida en la manada, ¡Hasta los gusanos tienen la esperanza de amanecer mariposas ¡.

Pero yo, sin conocer la ternura del antropoide, maldecido por el pensamiento, desde la inconciencia de las percepciones, desde los cuentos, los mitos, los libros, arrojados al destino de arrastrarnos por la tierra, ningún tormento ha sido escatimado…¡Condenado desde el principio! Sin más salida que la resignación, ¿Cómo fue? ¿Qué pasó? ¿Qué nos dejó destinados a vagar por el mundo, ligados tan solo a la tierra y a los árboles mudos? No es culpable, nuestra curiosidad , nos cansamos del rio, nos deslizamos a la tierra a realizar nuestros sueños, pero en esta travesia buscando el cielo, tuvimos que pasar por la simple forma del gusano surcando, hacia el camino de las aves, no se obvío ni el habito de arrastrarnos sobre la tierra, para completar la cadena de la evolucion, hundido en la soledad, condenado a un telúrico miedo, del que no tenemos culpa; mientras que el hombre, el que llegó primero, ese ser originado del perfeccionamiento biologico, del ensayo fisico, el de la neurona con libre albedrio, el de la adaptacion sin limites, el de la magia transformadora, el del rascacielo cibernetico, el de las mazmorras mentales, el del homicidio insólito, con tantos sentidos, con tanta imaginación, tan imprevisto en sus reacciones… viviendo en mundos virtuales, negandose la realidad, perdiendo sin resistencia su derecho a la creacion
Y a responsabilizarce con la evolucion, ellos que estan preparados.

No es justo, reniego de esta mi vida.

Oh! Terribles murallas de ignorancia! Naturaleza toda, ¿por qué? … Pienso en ella, en mi compañera, en nuestros comunes terrores, en nuestras ambiciones, tocar el mundo, pero ¿cómo? las especies nos rechazan, sin preguntas, aún cuando cubiertos de colores, como flores en primavera, nos acercamos, el temor las ahuyenta.

Solo una vez, cuando la lluvia arreciaba, el majaz, pernoctó con la shushupe y ésta al percibir su dulzura, su ingenua confianza, aprendió a vivir con él.

También yo aprendí a subirme a los árboles, a comer del dulce guayabo, a solazarme con el aroma de las flores y… a sentirme ave, durmiendo en el follaje.

Si, en busca de consuelo, es que empecé a mirar a los demás, y por ello no se borra de mi memoria la aparición del hombre en la restinga, en donde llegaron hace tanto tiempo ya, los padres de los padres de la dulce Arminda, con su habilidad para sembrar árboles de deliciosos frutos, flores maravillosas, casas gentiles, con sus hacendosas manos tejiendo las largas cabelleras de la palmeras, aprendieron los cantos de las aves y a su conjuro, la selva, sus ríos, sus llanuras, se abrieron a sus pies y les prestaron cobijo, sus risas atrajeron a los pájaros de plumajes fantasiosos, a las flores a los demás seres de la jungla viviente y así se quedaron, después nacieron muchas Armindas y muchos Sebastianes y otros más, muchos, ellos no nos temían, cuando a veces nos encontrábamos en el camino.

Ahora se la razón, por la que ésta desesperación hizo presa de mi, es imposible contemplar, sin compromiso, lo sucedido lo vimos y nuestras retinas se niegan a olvidar lo visto, Arminda, jugueteaba, encandilando a las cañas, con su danza, su voz acompasada con el canto de la alondra, surgía acariciante, melodiosa, sus manos volaban con el viento y cuando llegaba Juan, las risas rompían el silencio y el amor besaba nuestras vidas, entonces, negando la maldición bíblica, nosotros sentíamos la paz llenando nuestras existencias, alejado el mal, no se atrevía con nuestro mundo.
Fue una mañana, cuando cansados, mi compañera y yo, dormíamos entre las hojas, mientras oíamos cantar a nuestra amiga bajo las crisnejas, que escuchamos un gran estruendo y en el recodo del río, vimos aparecer una monstruosa nave de acero abriendo las aguas en cascadas, llegó a nuestra playa, el vocerío que salió del monstruo invadió la restinga y de su horrible vientre se descolgaron hombres con la piel de diferentes colores, lampiños y barbados, jóvenes y viejos, con la sonrisa en los labios, murmurando sonidos extraños, las aves enmudecieron asombradas, el paucar voló tras las palabras, buscando repetirlas, el suysuy gorjeó alegre, los monos bajaron de los árboles y salieron a la playa a recibirlos, recordando la feliz mañana, cuando los padres de Arminda arribaron a la restinga.

Ella colgó guirnaldas de flores en su tambo, llenó de frutos, casabe y miel, su mesa, brindándoles su casa. De repente nos fijamos en los ojos claros de los visitantes, sorprendiendo la mirada maligna que borró la fiesta de nuestro gestos, la retirada empezó lenta, para terminar atropellada, sólo quedamos nosotros, creyendo proteger a nuestra amiga, con el corazón alborotado de negros presagios, mantuvimos la vigilia, ellos se esparcieron por el llano, arrebatando los espacios a la selva, inquietando a la brisa con sus olores nauseabundos, comieron como cerdos la fruta, la miel, el casabe, cubriendo de basura a la tierna yerba, estremecieron la mañana con sus gritos atronadores, sus gestos bestiales, sus caras incoloras mostraban momento a momento sus infernales pensamientos, creando una muralla contra el bosque, aprisionando a nuestra amiga. Bebieron en extraños recipientes una savia con olor a frutas descompuestas y sus ojos inyectados de sangre, se detuvieron malévolos sobre Arminda.

Lo que siguió, aún hoy hiere mi mente y me destruye, su intensidad está aquí matándome. Ella con sus cabellos trenzados con flores, sus brazos llenos de frutos y de miel, desapareció entre los brazos de los bárbaros, sus gritos de ave moribunda se perdieron entre las risotadas, la sangre se abrió paso sobre la tierra espantada, el bosque se sobrecogió por la desgracia, el viento se levantó enfurecido, las nubes se amotinaron en el cielo, el sol escondió su gran ojo aterrado… la vimos… parecía un pedazo de nada. Mi compañera airada, saltó del caimito sobre la bestia rubia, clavando sus dientes con fiereza, en su cuello… Ay de mí… al escuchar el alarido del extraño que se convulsionaba, moribundo, en el suelo, vi el estallido de luces que cogiendo a mi hebra alzada, la rompieron en mil pedazos, sucumbiendo el esmeralda de su piel en el río de sangre.

Se marcharon luego de enterrar a su muerto y arrojar a los nuestros al río, la tormenta de desató sobre la selva, llenando de lluvias el vacío que sus cuerpos dejaron.

Por eso estoy aquí, solo saboreando recuerdos entre sueños y melancolías, prisionero de espejismos, reviviendo mis muertos, clamando contra mi soledad.

Nosotros no tuvimos Casandras, fuimos cogidos por sorpresa

Así fue quedándose la muerte en la sábana, así fue despoblándose, el horror que desataron los extraños tuvo mil matices, mil letanías, las especies han ido extinguiéndose, la selva invadida, se debate entre petróleo, coca, muerte y plegarias que a nadie llegan. Y la rabia vuelve a quemar mi corazón mientras vago entre las ruinas de mi vida, ( de vez en cuando advirtiendo el paso de los muertos, bajando de la puna ), no soporto la inercia del terror, mi corazón grita, en estallidos de locura, solitario ya no espero compañía, ante tanta mortalidad.

La unión de las especies por la vida no ha sido dada, día a día nuestros congéneres nos mienten con sus shamanes “comprensivos”, los dulces colibríes han sido asesinados por los buitres, los viejos árboles caen, con la violencia del hacha.
El recuerdo de ella, me llama, ya es hora que mi sangre llegue a la tierra despertándola al futuro.

Aún hay seres vivos, que sentirán mi tragedia en ésta tierra, es mi esperanza, en esta hora de muertos sin capilla ardiente, seres que avanzan más allá, hasta donde la justicia espera.

Urarina 1992