martes, 28 de agosto de 2018

Macbeth en el Perú


Las Lady Macbeth  de la televisión y la prensa escrita están confundidas no saben  a quién incitar para la traición final a sus amos del poder Judicial,  del congreso y del poder ejecutivo,  las bestias no se atreven con los dueños del  oro, envueltas en su propia intriga, llevadas por Hildebrandt, Baily, Gorriti, la mano que mece la cuna de la corrupción y que sigue apoyando a la DEA, a DEVIDA, y cuanta ISULA les dé la mano para impedir que la Amazonia  desarrolle,  ahora que está bien neutralizada con el mote de traficante de drogas, de oro etc.  En el imaginario popular del  País
no tiene opción para mirar al sol invadida desde Lima con los herederos de Ezequiel  Ataucusi  y su amigo Lay Y Yong Quina agrupados en la espiga tiene la única opción de ganar en las espurias  elecciones para quedarse en el poder, no saben a qué árbol se arriman con ellos llega  el retraso, de miles de años en civilización, los fundamentalistas” el juicio del mono”  Ojala los loretanos  despierten, antes que les caiga esta catástrofe, manipulada por  los Ataucusi, y no cometa el error del  congreso  que por votar todos por La  Sra. K. en Lima y las otras regiones sigue creciendo esta enfermedad de la educación provocada por el fujimorismo que termina en la autoflagelación
No sirvieron los encargados por el poder para gobernar el país, terminaron  todos corruptos,
Y el resto amargado recordando la opulenta vida que vivieron en el Fujimorato, corruptos, delincuentes,  asesinos, organizándose con la hija de Fujimori, para asaltar el poder, y lo están haciendo  con la corrupción, perdonándolos con el olvido de Odebrecht y de los audios con su capacidad de mover bandas  delincuenciales que lideraban los alcaldes de la victoria, como sucedió con Susana hasta ese asesinato barroco de Ayacucho
Las brujas Valenzuela y Leiva , están histéricas y aunque la provinciana no cae en extremos la arequipeña fiel a Hildebrandt sigue acusando a los fantasmas de Sendero, que  se encargaron de desaparecer por su coartada histórica, de servicio a las auríferas transnacionales
Seguimos con el cuento   

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